El majuelo (Crateagus monogyna)
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El majuelo o espino albar, es un arbusto caducifolio, densamente ramificado y espinoso, normalmente de 3 a 4 m de altura, pudiendo llegar a los 10 m. Indiferente edáfico, crece en orlas de bosques formando setos, junto a zarzales y espinares; prefiere suelos profundos y frescos desde la costa hasta los 2000 de altitud.
Sus hojas muy variables, fuertemente lobuladas y dentadas. Sus flores blancas se presentan en ramilletes floreciendo de marzo a julio. Sus frutos son las majuelas, de color rojo y tamaño de un guisante con un solo hueso, por el fruto se le conoce también con el nombre de manzanitas de pastor.
Formaba parte de la alimentación en tiempos prehistóricos. Hoy los brotes, tallos y hojas tiernas se utilizan como verdura silvestre en distintas regiones. Normalmente se comían por el campo, quitando las espinas y pelándolos.
Los frutos y las flores producen buenas bebidas fermentadas.
La madera es dura, de grano fino de elevado poder calorífico y se utiliza para objetos pequeños tales como bastones y mangos de herramientas.
Se ha utilizado como porta injertos para otros árboles de hueso y así, superar factores ambientales, como pueden ser las heladas, el estrés hídrico, el encharcamiento o tolerancia del pH del suelo.
Por sus efectos sedantes, puede resultar útil para tratar el insomnio, como relajante muscular y antiespasmódica, también se podría utilizar en casos de ansiedad y nerviosismo que provocan síntomas como espasmos y tensión muscular. Es apreciada para tratar molestias estomacales, especialmente de origen nervioso, espasmos gastrointestinales y como digestiva.
Los griegos y los romanos lo relacionaban con la esperanza, el matrimonio y la fertilidad. Los romanos colocaban las hojas de espino albar en las cunas de los niños para evitar los malos espíritus. En los países cristianos se ha creído que protegía del rayo porque la Virgen María tendía en sus ramas los pañales o porque la Virgen María tiende siempre su manto sobre él. En otros lugares se creían que ayudaba a guardar el celibato, por ello las madres colocaban ramas de majuelo en las habitaciones de las chicas.