Botanica Carrasca

La carrasca  (Quercus ilex)

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También conocida como encina, es un árbol muy resistente a fuertes calores e intensos fríos. Propio de la región mediterránea, en la actualidad está presente en todas las provincias excepto en las Canarias.

Debido al cambio climático, en algunas sierras de Teruel la carrasca está sustituyendo al pino albar «El pino silvestre no encuentra buenas condiciones por la sequía en verano y emigra progresivamente a las zonas más altas». El espacio que deja libre está siendo ocupado por encinas y, a veces, por pino negral.

Las hojas son perennes y permanecen en el árbol entre dos y cuatro años. Coriáceas y de color verde oscuro por el haz, y más claro y tomentosas por el envés, están provistas de fuertes espinas en su contorno cuando la planta es joven y en las ramas más bajas cuando es adulta, careciendo de ellas las hojas de las ramas altas. Por eso, cuando es arbusto, se puede confundir con la coscoja (Quercus coccifera).

Su fruto, la bellota, es comestible, más o menos dulce según árboles, ya que están fuertemente hibridados y su fruto es irregular.

De la corteza se obtienen tanino siendo muy apreciada en las tenerías para curtir el cuero.

Su madera, muy dura y sólida, antiguamente se utilizaba para fabricar carros, traviesas de ferrocarril. Actualmente se utiliza para fabricar herramientas, pavimentos de parquet y en ebanistería, marquetería, tornería. En Formiche se ha utilizado para hacer arados, (entre otras partes el timón y la esteva) y para hacer los yugos parando el árbol o ramas jóvenes y curvándolo mediante sogas y falcas, para que tomara la forma y de esta manera hacerlo de una sola pieza evitando el riesgo de agrietamiento y rotura. Sin embargo, para hacer “estiles” se utilizaba más la madera de rebollo (Quercus faginea) por ser igualmente dura, pero más flexible y ligera.

Es un buen combustible, su leña tiene una gran importancia calorífica y es estimada para fabricar carbón.

Establece relaciones simbióticas con diversos hongos del suelo tales como las trufas, lo que ha sido aprovechado para mediante el inoculando la seta en la encina y sometida a tratamientos de cultivo (tubericultura) producir trufa negra.

Contiene ciertos compuestos orgánicos como taninos, ácido gálico y ácido querecitánico que le proporcionan propiedades medicinales de carácter astringente y antiséptico.

Generalmente las partes utilizadas para uso medicinal son la corteza, las hojas y las bellotas, ya sean secadas, trituradas o molidas. Los cocimientos de la corteza se emplean como antidiarreico; como vulnerario se emplea para aliviar heridas, almorranas o hemorragias nasales; asimismo se aplica de manera tópica sobre el cuero cabelludo para controlar la caspa.