El acere (Acer monspessulanum)
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El acere o arce de Montpelier, es un pequeño arbolillo originario del sur de Europa, propio de las zonas secas del mediterráneo.
Acer, nombre genérico que procede del latín afilado, referido a las puntas características de las hojas o a la dureza de la madera que, supuestamente, se utilizaría para fabricar lanzas. El epíteto específico monspessulanum hace referencia al nombre latinizado de Montpelier.
Es un árbol medianamente longevo, con unas buenas características para rebrotar. Pies masculinos y femeninos.
Sus semillas aladas y opuestas apuntan hacia abajo y forman un ángulo agudo, son de color rojo y al madurar en otoño, se vuelven marrones. Las alas favorecen su dispersión por el viento.
Se distingue fácilmente de otros arces por tener hojas de tres lóbulos. Antes de caer en otoño, las hojas toman bonitos tonos rojizos y dorados.
Históricamente se ha utilizado la madera de este arce para carpintería, bien valorada por su color, de tipo rojizo, y por su resistencia. De hecho, es utilizado para fabricar objetos de pequeño tamaño, en ebanistería, así como instrumentos musicales. En Formiche se ha utilizado desde siempre para hacer utensilios de cocina como cucharas
También tiene usos modernos adaptándose al cultivo de bonsái, dada su buena aptitud para poda, el aspecto de su corteza y especialmente por el tamaño reducido de sus hojas.
Utilizado en jardinería como planta ornamental para jardines grandes, por la vistosidad de sus hojas en otoño y para crear un manto de hojas anaranjadas con la caída de su follaje.